El procesador, conoce a fondo el corazón de tu ordenador

El procesador, conoce a fondo el corazón de tu ordenador

El procesador se puede considerar el componente central de nuestros ordenadores, y de otros dispositivos como smartphones, tablets y consolas. Los ordenadores, ya sean Windows, Mac o Linux, usan procesadores de arquitectura x86, que nació a finales de la década de los 70. Obviamente, desde entonces han evolucionado mucho, y han realizado grandes esfuerzos por reducir su consumo y adaptarse a la era de la informática móvil.

Así que vamos a conocer un poco más a fondo los procesadores de nuestros ordenadores, de los que depende buena parte de su rendimiento, ya que son los que manejan la información. Empieza nuestro recorrido:

La velocidad no lo es todo

Cuando se dice que un procesador va a 2 GHz, se está indicando el número de veces por segundo que puede hacer una tarea. No es ningún secreto que interesa mucho aumentar esta cifra, y durante décadas los procesadores mejoraban a pasos agigantados elevando su frecuencia de trabajo año tras año, hasta números muy altos.

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Por desgracia, llegó un momento en el que el aumento de calor asociado hizo imposible seguir ese camino. Entonces se adoptaron otras estrategias: nació la arquitectura de 64 bits, comenzó a dedicarse mucho trabajo a hacer los procesadores más eficientes a nivel interno y se crearon chips de más de un núcleo.

Mientras los aumentos de velocidad se traducían en mejoras directas de rendimiento, el uso de varios núcleos requiere trabajo por parte de los programadores, así que no se aprovechan al máximo. Al final, eso quiere decir que no siempre resulta sencillo averiguar el rendimiento de un procesador viendo su ficha técnica.

El tick-tock de Intel

Intel es la actual líder del segmento de los procesadores para ordenadores. Su rival AMD no es capaz de crear chips con un consumo reducido aptos para portátiles, y sólo compite en la gama media de sobremesas gracias a sus precios ajustados y buenos gráficos integrados. Así que veamos cómo trabaja Intel en los últimos años.

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La estrategia de Intel se repite cada dos años, en el primero lo que hace es mejorar la arquitectura de sus procesadores, lo que suele aumentar al rendimiento, aunque a veces también afecta al consumo. Se trata de un proceso importante, pero no el único.

Al siguiente año Intel reduce el tamaño de fabricación de sus procesadores. Un tamaño más reducido supone bajar el consumo, o bien mantenerlo y elevar el rendimiento. Aunque normalmente se opta por una solución intermedia, se baja un poco el consumo y se sube un poco el rendimiento. Eso sí, durante el 2016 Intel no va a poder cumplir con su tick-tock, ha retrasado el proceso de 10 nm y realizará otro cambio de arquitectura como el estrenado hace sólo una semanas, llamado Skylake.

AMD sigue una estrategia similar y, en general, todas las empresas (incluso las que no fabrican x86) intentan reducir su proceso de fabricación y realizan mejoras de arquitectura. Pero Intel cuenta con fábricas propias, sin duda las mejoras del mundo, y por eso lidera el sector de los procesadores... al menos por ahora.

Los benchmarks son importantes

En general, leer las especificaciones de un ordenador no nos ayuda en absoluto a conocer su rendimiento. Intel usa nombres como Core i3, Core i5 y Core i7 para indicar la gama que no significan casi nada. En el caso de AMD, tampoco pinta mucho mejor el tema. Son nombres comerciales, pero que no permiten comparativas entra varias subfamilias.

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Un procesador es muy complejo, y su rendimiento varía mucho. Por ejemplo, hace poco me iba a comprar un portátil con un Core i7 de quinta generación, y me di cuenta que no resultaba más potente que el Core i3 de segunda generación de mi sobremesa. En general, los portátiles ofrecen muchísima menos potencia, pero es difícil saber exactamente cuánta. Calcular que es la mitad no anda desencaminado, pero no deja de ser una aproximación.

Una buena idea es recurrir a páginas como CPUBoss o CPU World para que nos indiquen datos más reales, ya que incluyen muchos test de rendimiento, los llamados benchmarks. Y luego hay que tener en cuenta el sistema gráfico.

Los procesadores actuales casi siempre traen una tarjeta gráfica integrada, que es especialmente potente en los modelos de AMD. Debemos fijarnos en ella si vamos a jugar a nivel aficionado o trabajar con aplicaciones de diseño 3D. Los procesadores ofrecen tarjetas integradas de distintas potencias, pero necesitaremos una no integrada si queremos un rendimiento elevado, como para jugar a títulos visualmente avanzados.

El procesador ya no es la clave

El procesador representa una parte importante de nuestro ordenador, pero ya no es la clave como antes. Obviamente, existen diferencias en la fluidez y en las tareas realizadas entre un modelo sencillo y otro avanzado. Pero ya no se venden esos chips básicos que no movían siquiera Windows de forma adecuada. Para un usuario medio, casi cualquier procesador es suficiente. Para uno exigente, el tema cambia mucho.

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Quizá la pieza que ahora más impacta en el rendimiento es el disco duro, ya que si optamos por un SSD en vez de un disco duro tradicional (HDD) la diferencia se vuelve enorme. Por desgracia, los SSD siguen resultando muy caros y ofrecen capacidades de almacenamiento pequeñas. Sin embargo, representan una gran opción si nos los podemos permitir.

Así que el procesador puede no tratarse ahora mismo de un componente clave, pero sigue resultando importante, y debemos valorar qué uso le vamos a dar para escogerlo. Espero que con esta breve guía te quede un poco más claro cómo funciona este mundo, y sirva de base para que puedas elegir con un poco más de fundamento.

¿Qué opinas de este tema? ¿Estás de acuerdo con mi visión de los procesadores, o hay algún detalle sobre el que opinas distinto?

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