Detenido por no devolver un VHS al videoclub

Detenido por no devolver un VHS al videoclub

Las cintas VHS son un recuerdo lejano para todos, y los más jóvenes quizá ni las conozcan, pero a un hombre estadounidense le han costado pasar un mal trago. James Meyers alquiló en el 2002 la película Freddy el Colgao, y se olvidó de ella por completo. Casi 15 años después esto le supuso pisar un calabozo, ya que fue detenido por no devolver un VHS al videoclub. ¡Seguro que no se lo esperaba!

Para algunos lectores quizá sea necesario aclarar que, antes de la popularización de Internet, no resultaba posible ver vídeo bajo demanda en casa. Era necesario acudir a unas tiendas llamadas videoclubs, que alquilaban los VHS, una tipo de cinta de vídeo. Luego llegó el formato DVD y después del Blu-Ray pero, a día de hoy, pocos videoclubs siguen abiertos.

Meyers se olvidó por completo de devolver el VHS, y el videoclub lo denunció por la vía civil. Como no compareció, pasó a la vía penal, y se emitió una orden de arresto, que nunca se ejecutó. Hasta que, hace poco, un policía le dio el alto por llevar un luz fundida en su coche. No lo detuvo en el momento, porque iba con su hija, pero le dijo que tenía que ir a comisaría a arreglar el asunto.

Una vez allí, Meyers fue detenido, y tuvo que firmar un documento en el que prometía presentarse al juicio. Dado que el videoclub demandante lleva años cerrado, no está claro qué va a suponer este encuentro con el juez.

El streaming mató al VHS

A día de hoy, la verdad es que resulta sorprendente la idea de devolver una cinta VHS. Podemos ver contenidos en Netflix sin salir de casa, y lo cierto es que no faltan competidores en el segmento del streaming. Por supuesto, la calidad del vídeo y el sonido nada tiene que ver con la del obsoleto VHS.

Así que este hombre fue detenido por no devolver un VHS al videoclub, pero lo cierto es que en 2012 el formato ya estaba algo anticuado. De hecho, YouTube conmemoró el aniversario del VHS hace tiempo, y las clásicas cintas de vídeo ya se acercan a los 40 años de vida. ¡Menos mal que la tecnología ha avanzado!

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