Tu conexión podría ser mucho más rápida: así te afecta la imposición del router de los operadores

Tu conexión podría ser mucho más rápida: así te afecta la imposición del router de los operadores

¿Sabías que en España hay más fibra óptica desplegada que en Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntos? Sin embargo, muchos usuarios apenas notan diferencia respecto a cuando navegaban con conexiones DSL. Y, generalmente, el problema no es la velocidad contratada, sino que el router que va con el servicio no está a la altura.

Nadie concebiría verse obligado a usar el teléfono móvil que decida su compañía de telecomunicaciones, pero es lo que pasa con las conexiones de fibra. Cuando contratas el servicio, tu operador te instala un router estándar sin darte la opción de elegir.

El router que proporciona el operador suele ofrecer un WiFi de calidad mediocre o directamente mala, que dificulta disfrutar de la conexión de fibra que pagamos. En España ya son habituales las conexiones de 500 Mbps, 1 Gbps o hasta 10 Gbps. Pero con un router estándar no es posible aprovecharlas, pues el WiFi de baja calidad las limita, y ese es el método mediante el que se conectan todos los dispositivos hoy en día.

Además, la cobertura inalámbrica suele ser limitada, lo que nos obliga a comprar repetidores que de otra manera no serían necesarios. Por si esto fuera poco, los routers de los operadores suelen ser equipos poco potentes, incapaces de responder bien ante una videollamada o en el gaming online, que exigen bajos tiempos de respuesta.

Si a eso sumamos que cada vez vemos más vídeo 4K en streaming, bajamos archivos de la nube o añadimos muchos dispositivos de smart home, el resultado es una red saturada que no responde, o va demasiado lenta. Y ni siquiera nos vale el consuelo de pensar que el router del operador es "gratis". De hecho, nos lo están cobrando en la cuota mensual (nadie regala nada) aunque no se refleje como tal y, cuando nos cambiemos de operador nos pedirán devolverlo, complicando el proceso de baja.

Imagen - Usar router propio en España: opciones y limitaciones

Realmente, no somos conscientes de que la imposición del router de nuestro operador no solo limita la velocidad y calidad de la conexión, sino que también representa riesgos de seguridad en Internet, dificulta cambiarnos a otra compañía más competitiva y, por si fuera poco, supone un considerable impacto ecológico.

El derecho a elegir router se incumple

En países como Alemania o Italia ya está reconocido el derecho a elegir router (o "terminal de telecomunicaciones"). Este derecho tiene una clara base legal en la regulación europea, pero los operadores no siempre lo respetan porque muchos países han interpretado la norma de una manera imprecisa o favorable a dichas compañías.

En esencia, los operadores creen que el router es parte de su red interna (imagen B), cuando lo lógico es considerar que desde el conector de pared o roseta en adelante estamos ante elementos que deberíamos controlar nosotros (imagen A):

Imagen - Usar router propio en España: opciones y limitaciones

Volviendo a la analogía con los teléfonos móviles, este modelo de propiedad de la red equivaldría a decir que nuestro smartphone es responsabilidad del operador de telefonía, como lo son las antenas, y que habría que tolerar que lo elija y configure a su gusto.

Por desgracia, al exigir nuestros derechos en España recibimos excusas o negativas. En la instalación inicial es el operador quien decide qué router pone, sin consultar ni darnos opciones (o, como mucho, la opción de pagar más por un router algo mejor). Es como si, al comprar un smartphone, en el catálogo hubiera un solo modelo para elegir.

Da igual que seamos un gamer apasionado, vivamos en una amplia vivienda de dos plantas con jardín o tengamos una cafetería donde queremos dar WiFi: todos los clientes recibiremos el mismo equipo genérico, aunque no se adapte a nuestras necesidades.

Es cierto que tenemos la opción de comprar un router por nuestra cuenta, nadie nos lo impide. Sin embargo, si queremos usar un router propio, la configuración será muy complicada. La razón es que, con distintos pretextos, los operadores son reacios a facilitar los parámetros técnicos necesarios para configurar una conexión de fibra (como las VLAN o el ONTid), por lo que resulta prácticamente imposible sin ser un experto.

Añadir un router al de tu operador no es lo óptimo

La única solución que queda actualmente para disfrutar de un WiFi de calidad pasa por conectar un router propio al puerto Ethernet del dispositivo de nuestro operador, sea un router de fibra o un ONT (el terminal que recibe la señal óptica de la fibra).

Imagen - Usar router propio en España: opciones y limitaciones

Esto se conoce como modo puente o “bridge” y es mejor que depender del dispositivo original, ya que permite disfrutar del mayor alcance y potencia de la red inalámbrica, así como las otras funcionalidades avanzadas de los routers más modernos; pero supone algunos inconvenientes frente a la verdadera libertad para elegir que necesitamos.

Para empezar, tener dos routers funcionando supone duplicar el consumo eléctrico sin justificación, ocupa más espacio y genera una maraña de cables bastante poco estética. También aumenta la basura electrónica, ya que usamos dos equipos para algo que podría hacerse con uno solo, multiplicando los residuos que acaban en el vertedero.

Además, debilita la seguridad informática de nuestro hogar o empresa. Dado que los routers de los operadores apenas reciben actualizaciones, estamos manteniendo un elemento débil conectado a la red que puede verse afectado por vulnerabilidades y ataques a gran escala. Al final, será nuestro router propio el que deberá protegernos.

Por no hablar de que los operadores suelen confiar en marcas de routers de países lejanos que tienen políticas de privacidad laxas, en absoluto homologables a los estándares europeos de protección de datos. La libertad para escoger router nos permitiría apostar por fabricantes europeos que cuidan mejor de la información personal, además de contribuir a la economía local y a la soberanía tecnológica europea.

Imagen - Usar router propio en España: opciones y limitaciones

También es importante considerar que la baja potencia del router del operador limita en parte las capacidades del router que le conectamos nosotros. El denominado "modo bridge" envía directamente los datos a nuestro propio equipo para que los gestione, pero si parte de un router de bajo rendimiento, funcionará más lento y peor.

Hasta que no cambiemos esta situación, nuestra conexión a Internet seguirá estando "secuestrada" por un WiFi mediocre, prestaciones limitadas y una seguridad pobre.

Qué podemos hacer los consumidores

Otro aspecto a tener en cuenta es que, cuando el consumidor es el dueño de su router, el cambio de compañía de Internet es más rápido, sencillo y con menos impacto ambiental. No hay que pagar penalizaciones por el router ni gestionar su devolución al operador, lo cual hará que seguramente acabe en un vertedero al tratarse de un equipo ya usado.

Imagen - Usar router propio en España: opciones y limitaciones

Organizaciones como VTKE están trabajando para conseguir que la libertad de elección del router (o terminal de telecomunicaciones) sea efectiva en todos los países europeos, incluido España. ¿Cómo podemos ayudar los consumidores a lograr este objetivo?

Para empezar, debemos exigir que, al dar de alta una conexión a Internet, podamos elegir nuestro router entre un catálogo variado con modelos de diferentes fabricantes, que se adapten a cada necesidad. Por supuesto, también debemos disponer fácilmente de los datos para configurar un router propio, sin depender de la buena voluntad del operador o de "arreglos" como la conexión de otro equipo en modo puente.

En resumen, la libertad para elegir router es un aspecto fundamental, que afecta a millones de consumidores en un tema tan crítico como el acceso a Internet, y que en la actualidad nos está impidiendo disfrutar de las velocidades de fibra que pagamos.

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