Cuando una pequeña o mediana empresa cierra sus puertas, no desaparece únicamente un proyecto personal, sino que se pierde empleo, competitividad y tejido productivo.
Por eso, resulta alarmante lo que señala un nuevo estudio de Mastercard, que es que una de cada tres pymes en España afirma que tendría que cerrar si sufriera un ciberataque.
Parece una cifra exagerada, pero dicho estudio afirma con rotundidad que las pymes representan ni más ni menos que el 99% del tejido empresarial europeo y generan tres cuartas partes del empleo.
Sin embargo, el 33% de los propietarios españoles identifica los ciberataques como el riesgo más grave que afrontan, mientras que un 29% admite que la mera posibilidad de que ocurriera bastaría para precipitar el cierre de su negocio.
A la vista está que gran parte de nuestra vida está invertida en el mundo digital, y este temor no es infundado, ya que el 23% ya ha sido víctima de algún fraude digital y el 13% ha perdido dinero por ello, superando la media europea, que se encuentra en el 11%.
Si miramos afuera de España, también hay preocupación. Según una encuesta de la misma Mastercard en la que han participado más de 1.800 empresarios, Irlanda, Dinamarca y Francia tienen las mayores tasas de fraude en Europa.
Como te imaginarás, el miedo no se queda solo en una simple queja, sino que paraliza, y en el mundo empresarial no iba a ser menos. Casi la mitad de los empresarios del continente reconocen que el miedo al fraude frena sus planes de crecimiento. En España, esta estadística se dispara hasta el 68%, y eso mata la innovación.
Si dividimos los datos en generaciones, los emprendedores de la generación Z son los que más temen a diario ser víctima de la ciberdelincuencia, seguidos por los millennials y después por la generación Baby Boom.
Otro dato que es alarmante es que casi la mitad de los propietarios europeos admite no saber cómo protegerse frente a los ciberataques, lo cual refleja una falta de conocimiento que puede tener un gran coste económico si un ataque ocurre.
Por otro lado, el 7% de las pymes españolas admite haber perdido clientes tras un incidente de ciberdelincuencia, y la caída de reputación digital tarda años en revertirse.
Ante todo esto, hay una palabra que se ha ido haciendo popular con el paso de los años, y es "ciberresiliencia", que es la capacidad de anticipar, resistir, recuperarse y evolucionar ante una amenaza digital.
Esta se compone de herramientas tecnológicas de prevención y una cultura en la que sea prioridad enseñar toda esta situación a los empresarios.
Entre las herramientas mencionadas, está la autenticación multifactor para evitar accesos no autorizados. También son importantes las copias de seguridad cifradas y desconectadas de la red, ya que el hecho de que estén en red las hace vulnerables al ransomware.
Otra de ellas son los parches automáticos y la segmentación de redes, para minimizar los puntos débiles que puedan aprovechar los ciberdelincuentes.
Por último, los simulacros de phishing y las políticas de mínimo privilegio son las barreras que harán que estos malhechores digitales estén lo más lejos posible de la infraestructura de las empresas.
Y como ya mencionamos antes, todo este arsenal de herramientas se queda en nada si no hay formación, lo cual se debe incentivar con urgencia.
No obstante, si entras dentro de esta estadística de que 1 de cada 3 pymes en España podría cerrar por la ciberdelincuencia, no te vendrá mal saber cómo denunciar estafas y fraudes en Internet.
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