Puede que más de una vez hayas escuchado lo bueno que es un NAS, pero quizá no sepas aún qué es o las ventajas que puede aportar a tu empresa.
Un NAS es un dispositivo de almacenamiento conectado a la red que opera de forma autónoma y ofrece almacenamiento centralizado y acceso remoto a los datos, y esto de por sí ofrece muchas ventajas, además de las que te vamos a contar a continuación.
Datos en un solo lugar
La primera gran razón para que una empresa se plantee tener un NAS es que concentra todos tus datos en un único punto dentro de la red.
En lugar de tener todos tus archivos y carpetas dispersos en diferentes ordenadores, discos o servicios en la nube, puedes tenerlo todo bien organizado en un mismo lugar.
Así, podrás llevar la cuenta de versiones duplicadas de tus archivos para ahorrar almacenamiento y mantener el orden para que sea más fácil encontrar lo que buscas. Asimismo, así es mucho más sencillo hacer copias de seguridad.
Acceso desde cualquier dispositivo
Cuando hablamos de NAS, centralizar no significa encerrar, porque, como mencionamos antes, el NAS está en la red, por lo que los usuarios autorizados pueden abrir esos mismos archivos desde su ordenador en la oficina, un portátil en casa, una tablet en una reunión o incluso el móvil.
Si te encargas de que haya acceso remoto seguro con conexión cifrada y asignando permisos a quien le corresponde, el teletrabajo será tan fluido como tener a todo el equipo en la oficina.
Estructura escalable
Otra ventaja de los NAS es que ofrecen varias bahías para instalar discos duros o SSD. Cada bahía es un compartimento al que se inserta un disco, y cuantos más tengas, más almacenamiento tendrás y más opciones tendrás para proteger tus datos.
Puedes empezar con dos discos y añadir un tercero o un cuarto cuando el almacenamiento se quede corto, o sustituir los discos iniciales por otros de mayor tamaño más adelante.
Si vas a usar el equipo muchas horas al día, conviene elegir discos diseñados específicamente para NAS, ya que están preparados para funcionar 24/7 y suelen ser más resistentes.
Control de usuarios y seguridad integrada
Tener todos los datos en un mismo lugar sin control de quién puede acceder a ellos es un gran riesgo, y por eso el propio NAS puede crear usuarios y grupos, asignar permisos de lectura o escritura y cifrar carpetas confidenciales.
Por ejemplo, así el equipo de recursos humanos es el único que ve las nóminas, el departamento financiero puede modificar hojas de cálculo pero no borrar proyectos de ingeniería, y los proveedores externos reciben un acceso limitado a la carpeta que les corresponde.
Muchos modelos permiten además programar copias de seguridad automáticas a un disco USB, a otro NAS o a la nube, y registrar quién accede a cada archivo, algo que es muy útil si se hacen auditorías internas o para detectar errores antes de que se conviertan en problemas.
Manejo sencillo
La mayoría de los NAS modernos se administran desde paneles muy intuitivos y con asistentes que te van guiando para crear una carpeta compartida, para añadir un usuario, para programar una copia diaria y otras tareas comunes.
Incluso hay apps móviles para subir fotos automáticamente al NAS o abrir documentos sin complicaciones.
Además, estos paneles muestran de un vistazo el estado de los discos, el espacio libre o las alertas de seguridad para que te anticipes a los problemas.
Ahorro de energía y de espacio físico
Cuando lo comparas con un servidor tradicional en rack, un NAS suele ocupar mucho menos y consumir bastante menos electricidad.
Para una pyme, esto se traduce en menos gasto eléctrico continuo, menos calor y, por tanto, menos necesidad de refrigeración, menos ruido y menos cables.
Algunos modelos incluso hibernan los discos cuando no hay actividad o permiten programar apagados nocturnos y encendidos automáticos al comienzo de la mañana.
Integración fácil en tu red
No necesitas infraestructura especial para instalar un NAS, ya que se conecta por TCP/IP, igual que cualquier ordenador o impresora de una oficina.
Solo tienes que conectar un cable Ethernet al switch o al router y listo. Los equipos cableados y los que están conectados por WiFi podrán verlo.
Si tu organización ya gestiona usuarios mediante Active Directory o LDAP, muchos NAS pueden unirse a ese dominio y heredar automáticamente cuentas y políticas.
Funciona con todos tus sistemas
En la mayoría de las oficinas conviven equipos con Windows, macOS e incluso Linux, además de móviles y tablets.
Un NAS puede comunicarse con todos ellos e incluso realizar operaciones más avanzadas, como montar almacenamiento en servidores virtuales.
Datos protegidos ante fallos
Por último, un NAS puede proteger tus datos frente al fallo de un disco moviendo o duplicando la información entre varios discos.
Si uno se estropea, sigues trabajando mientras lo sustituyes y el sistema reconstruye los datos. No obstante, esto no reemplaza a las copias de seguridad, sino como un salvavidas de urgencia.
Todas estas razones son más que suficientes para que valores el integrar un NAS en la infraestructura de tu empresa para disfrutar de todas sus ventajas.
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