Ante un apagón, el Gobierno aspira a que los operadores puedan garantizan un mínimo de cobertura móvil. Aunque esto sería extensible a cualquier otro incidente o catástrofe, con el objetivo de que los ciudadanos sufran el menos impacto posible cuando ocurre algo así.
Recordemos algo, el pasado apagón en España duró casi todo un día y muchos servicios se vieron afectados por el corte eléctrico. Las redes móviles aguantaron un poco más, sin embargo, terminaron sucumbiendo a la falta de luz, cortando las comunicaciones.
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El plan del Gobierno es muy claro en este sentido, ante la recurrencia de eventos que han puesto a prueba nuestras infraestructuras eléctricas y servicios de telecomunicaciones, es preciso poner en marcha planes que permitan reforzar la seguridad y resiliencia.
Objetivo: medidas de seguridad y minimizar impactos
¿Con qué objetivo entonces van esos planes de contingencia que el Gobierno quiere implantar? El fin último es realizar un refuerzo de las actuales medidas de seguridad en las telecomunicaciones, pero también minimizar los impactos de seguridad a los ciudadanos.
Y garantizar una recuperación cuanto antes de las telecomunicaciones también. Esto es algo que ya sucedió en último apagón general de España, que duró hasta la madrugada desde bien temprano por la mañana, y que supuso una gran afectación en todos los sentidos.
¿A quién afectará esto, o más claro aún, quién deberá implementar esos planes? Todos los operadores de telecomunicaciones, servicios públicos críticos y también los administradores que proveen algún tipo de infraestructura crítica, por ejemplo, centros de datos, satélites, etc.
Al quedar sujeto a esos planes, se convierten en servicios e infraestructuras de carácter esencial ante una emergencia, así, si sucede alguno de los incidentes descritos antes (apagón, erupción como la ocurrida en la Palma, catástrofes naturales, etc.), hay un elemento a cumplir.
Que cuando eso ocurra, todas las instituciones deben trabajan conjuntamente para recuperar la normalidad lo antes posible, es decir, contribuir en el restablecimiento de los servicios para que todo funcione como antes.
Cómo deben ser esos planes
Cada plan general de seguridad general deberá ir acompañado de uno específico por tipo de red, servicio e incidente. En el caso de los operadores de telecomunicaciones, deberán categorizar sus instalaciones según un rango de criticidad, alegando las medidas a aplicar según cada nivel.
Por ejemplo, en un rango de primer nivel, los operadores deberán garantizar que todo funcione durante 24 horas. Más claramente, que antes un apagón u otro incidente, los ciudadanos tengan red móvil en sus dispositivos durante 1 día entero.
Dependiendo de si es otro nivel, como el intermedio, el tiempo de operatividad mínimo debe ser de 12 horas desde que se produce el incidente. Y las instalaciones que no estén incluidas en ninguna de las dos, deben ofrecer un mínimo de 4 horas de servicio sin interrupción.
Y que al menos el operador ofrezca un 85% de cobertura durante ese período para que la afectación sea mínima o lo menor posible entre la población. Aparte de todo esto, se establece ahora nuevos procedimientos de notificación de incidentes, para que sean más rápidos.
Es decir, el Gobierno quiere que los operadores notifiquen incidentes rápidamente con el objetivo de tener información actualizada, pero también detallada con posteriores notificaciones, donde se especifique con un informe en detalle de todo lo que hagan.
Todo esto es un proyecto normativo que tiene que pasar por audiencia pública, es decir, que tú como ciudadano o incluso las empresas y cualquier parte interesada puede formular alegaciones, proponiendo mejoras o sugerencias antes de que se apruebe finalmente.
Pasado ese período, la administración analizará todo lo aportado y verá su idoneidad para incluirlo o no. Luego pasará por el Consejo de Ministros para su aprobación final. Cuando llegue ese momento, tendremos un plan para que los operadores garanticen una cobertura mínima ante un apagón, entre otras cosas.
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