Curiosa y sorprendente historia la que vas a conocer a continuación, y es que Rusia ha sentenciado a unos adolescentes por planear la explosión de un edificio en Minecraft, el popular juego propiedad de Microsoft desde hace algunos años.
Parece ser que la historia se remonta al año 2020, que fue cuando comenzó todo. A raíz de la investigación iniciada por las autoridades, se determinó que estos 3 adolescentes de 14 años eran culpables de un delito de terrorismo por conspirar para intentar volar un edificio de Rusia en el juego.
No se trata de cualquier edificio, sino del centro de los Servicios Federales de Seguridad de Rusia o FSB, que realmente existe en el país, edificación que parece ser que estaba en el punto de mira de los adolescentes, pues ya que en 2020 avisaban en un folleto que el FSB era uno de los principales terroristas.
Penas de hasta 5 años
Estos chicos fueron sentenciados a 5, 4 y 3 años de cárcel por haber recibido entrenamiento con el objetivo de hacer realidad sus planes. Lo cierto es que ya el propio FSB pudo tener acceso a sus teléfonos como parte de la investigación y ahí se descubrieron sus futuros planes.
Entre ellos había un plan para explotar el edificio del FSB en el juego Minecraft que se había construido recientemente. Dos de los adolescentes se declararon culpables de los cargos imputados y quedaron en arresto domiciliario, mientras que el otro quedó internado en un centro.
Lo que dicen las familias es que se trata de chicos normales y que el plan para explotar el edificio del FSB era tan solo una broma infantil, incluso una de las madres conocía las intenciones de su hijo, pero que solo era eso, una broma sin importancia, pero para las autoridades de Rusia no era así.
Es probable que a partir de ahora si los chicos vuelven a retomar el juego en Minecraft se piensen dos veces lo que van a hacer, lo cierto es que hay que tener cuidado con este tipo de intenciones de explotar edificios, pero que pueden ser consideradas como delito como ocurrió en este caso con las autoridades de Rusia.
Vía: The Moscow Times
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