Aunque muchos se empeñan en mantener una aparente normalidad en sus operaciones, lo cierto es que Orange está en problemas y cierra una importante sede en San Francisco, California. Esta oficina, que operó con un reducido equipo de 28 personas por más de 20 años, mantuvo la presencia de la operadora en el centro de la industria hasta que finalmente decidieron apagarla.
La oficina era conocida como Orange Silicon Valley, OSV por sus siglas. Sin embargo, sus operaciones llegaron a su fin este 11 de agosto, algo que no parece tener remedio dentro de la empresa francesa, la razón principal es que aparentemente no estaba logrando los objetivos para los que se había creado y era una quema de efectivo innecesaria, especialmente en un momento de crisis mundial.
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La mirada en el objetivo
En un momento crucial para la economía mundial, Orange confirma el cierre de la oficina en California y con ello cierra la puerta a cualquier actividad secundaria que no refuerce el objetivo principal y son las suscripciones en telecomunicaciones. Pero esta medida da un mensaje que va todavía más allá y es que Silicon Valley ya no tiene el mismo valor en la industria, no es cierto que todos quieran estar allí.
Aunque para ser justos, esta no fue una medida tomada a la ligera. Lo cierto es que Orange Innovation era el centro de las operaciones de esta oficina en California, pero dejó de ser viable en un momento de recortes, lo que no se traduce en el fin de las investigaciones de desarrollo, porque es un segmento de la empresa en el que se enfocan más de 2.000 de sus 136.000 empleados.
Sin embargo, no es el foco principal de Orange, así como de muchas otras operadoras que no están en capacidad de competir con los principales fabricantes del sector, lo que en muchos casos se convierte en un elevado presupuesto de gasto en algo que no se tiene certeza de que pueda llegar a tener rentabilidad. Peor todavía, es una línea de trabajo que puede aumentar el nivel de endeudamiento de una empresa.
La década entre 2013 y 2023 ha producido una elevada brecha entre los desarrollos de las empresas tecnológicas tradicionales y los operadores, lo que les impide poder ir al ritmo acelerado de lo que otros están haciendo, por lo que mucho dinero se ha perdido en proyectos que se quedan en el tintero.
De momento, Orange deja claro que su plan estratégico está centrado en impulsar la conectividad fija y móvil en sus mercados, como eje transversal de todas sus actividades, dejando fuera cualquier cosa que pueda distraer de ese objetivo, incluyendo lo que la oficina de California venía haciendo desde hace dos décadas.
Vía: Light Reading
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