Un aspecto clave de la debacle de Intel es el ritmo al que ha ido perdiendo el mercado de los servidores frente a AMD. Una situación que, en realidad, ha beneficiado a toda la industria, pues Intel llegó a tener un monopolio casi absoluto en los procesadores servidores.
Hace un año hablábamos de la razones de la crisis de Intel, que tiene mucho trabajo por delante para recuperar su competitividad. Actualmente, AMD ya tiene un 33% de cuota en los procesadores de servidores, e Intel se mueve en un 63%.
Los chips AMD Epyc son cada vez más atractivos, sobre todo en los servidores de gama alta. El 63% de cuota de Intel puede parecer una buena cifra, pero hay que pensar que hace 8 años Intel tenía casi el 100%, y no ha dejado de reducirse desde que AMD saltó a su arquitectura Zen.
Intel empresa sufre problemas tanto en el diseño de sus chips, como en la manufactura. Las fábricas de TSMC (principal proveedor de AMD) llevan mucho tiempo un paso por delante, uno de los grandes problemas de Intel.
Hasta el punto de que Intel ha inventado una nueva nomenclatura para sus procesos de litografía. En teoría, busca expresar el mayor rendimiento de sus tecnologías frente a las de TSMC, pero también implica un enfoque de marketing.
Por ejemplo, un nodo "Intel 4" en realidad está construido a 7 nm, mientras que los clientes de TSMC (como AMD, Nvidia, Apple, etc.) suelen ser transparentes sobre si sus chips son de 7 nm, 5 nm o 3 nm.
El futuro de Intel en los servidores no será sencillo de encarrilar. Algunas previsiones calculan que los procesadores ARM conseguirán un 10% de cuota en 2027, lo que redundará en una competencia beneficiosa para los consumidores.
En 2027, la cuota de AMD podría rondar el 40%, mientras que Intel controlaría menos del 50% de los nuevos servidores que se vendan.
Aunque la caída de Intel acapare titulares por los despidos y reajustes, lo cierto es que el mercado de los servidores se dirige a una situación mucho más saludable. El monopolio que vivíamos hace unos años implicaba precios más altos por productos menos innovadores.
Considerando el enorme consumo de energía de la inteligencia artificial, con centros de datos que cada vez necesitan más potencia, que tengamos más competitividad en los servidores resulta clave para las empresas.
Vía: Hardwareluxx
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