Cuando parecía que la polémica de Chat Control había acabado el mes pasado con la negativa de ciertos países, ahora ha vuelto a aparecer.
Por si no lo sabes, Chat Control es el nombre que se le da al Reglamento para prevenir y combatir el abuso sexual infantil, una propuesta de la Comisión Europea que se remonta a mayo de 2022.
Su supuesto objetivo es combatir el material de abuso sexual infantil y el "grooming" online, lo cual es bueno, obviamente, pero los medios para lograrlo no gustan a mucha gente, ya que servicios como WhatsApp, plataformas de correo o redes sociales se verían obligadas a escanear los mensajes de sus usuarios, incluidos los cifrados.
Pues bien, a mediados de octubre se votó su aprobación, pero no tuvo éxito por la negativa de algunos países.
Según Patrick Breyer, un activista digital, lo que ahora se está discutiendo es un "Chat Control 2.0" que utiliza una "maniobra engañosa" para reintroducir el escaneo obligatorio de comunicaciones, aunque el texto diga lo contrario.
El nuevo texto vende la idea de que el escaneo es voluntario, cuando en la práctica no sería así. El escaneo se conseguiría mediante un software que compara fotos, vídeos o incluso texto con bases de datos de contenido de abuso infantil mediante algoritmos e IA. Si algo coincide con los patrones, se marca y se reporta.
Aunque se diga que solo busca usarse para prevenir el abuso infantil, técnicamente nada impide que se pueda usar para otros fines.
Todo esto se siente como si la UE fuera un caballo de Troya en sí mismo, ya que no han sido pocas las multas millonarias del ente gubernamental, ya sean directas o indirectas, a empresas tecnológicas por prácticas que vulneraban la privacidad de los usuarios, como cuando multaron a Meta por guardar 600 millones de contraseñas sin ningún protocolo de seguridad.
Ahora, el mismo ente que imponía multas por no haber una privacidad digna para los usuarios es el que busca quitarles toda privacidad con el escaneo del lado del cliente, y usando una IA muy verde que podría meter a cualquiera en un problema por un falso positivo.
Por si todo esto fuera poco, el nuevo texto plantea otras dos medidas controvertidas. La primera es que, para distinguir qué usuarios son menores de 16 años, se exigiría que cualquier persona que quiera abrir una cuenta de correo, mensajería o red social tenga que verificar su edad mediante DNI, pasaporte o incluso reconocimiento facial.
La segunda es que se establecería un mínimo de edad de 16 años para usar aplicaciones con chat, redes sociales e incluso muchos videojuegos online, algo que ahora mismo resulta impensable.
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