Según documentos judiciales, Facebook ha comunicado al Tribunal Superior de Irlanda que no podría seguir operando en los países de Unión Europea si este organismo paraliza su mecanismo de transferencia de datos, según han informado desde Sunday Business Post, algo que suena a amenaza de cerrar sus servicios en Europa.
La Comisión Irlandesa de Protección de Datos, principal regulador de la UE, tomó la decisión preliminar, hace varios días, de paralizar el mecanismo que utiliza Facebook para transferir los datos de la UE a los Estados Unidos.
Por eso Facebook optó por llevar esta congelación hasta el Tribunal Superior Irlandés, para solicitar y acabar consiguiendo una congelación de dicha orden, hasta que este tribunal tome una decisión definitiva en el mes de noviembre.
Según una declaración jurada de Yvonne Cunnane, jefa de protección de datos de Facebook Ireland y asesoramiento general asociado, desde Facebook no saben si podrán seguir prestando sus servicios en UE si se ejecuta la orden irlandesa, una clara amenaza de abandonar la UE si toda esta situación no se resuelve.
En dicha declaración no solo enumeró a Facebook como un servicio que no se podrían prestar en estas circunstancias, sino que también mencionó Instagram como otra red social que se vería afectada si la orden irlandesa sigue adelante.
El 9 de septiembre dentro de una entrada de blog, Facebook confirmó por primera vez la investigación que lleva a cabo el regulador irlandés diciendo que una suspensión del mecanismo que utilizan en la actualidad tendría un efecto de gran alcance negativo para la empresa y sus intereses en la UE.
Toda la investigación irlandesa viene asociada a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea cuando en julio declaró cuando se podían y cuando no se podían utilizar las CEC (cláusulas contractuales estándar), lo que se supone que Facebook no cumple en su transferencia de datos.
La sentencia de la justicia europea vino por las sospechas de que no se cumplían los derechos de los ciudadanos de UE cuando sus datos eran transferidos a los Estados Unidos para uso comercial.
Habrá que esperar los próximos meses para ver en que acaba todo esto, pero lo que parece claro es que a nadie, ni la UE, ni las autoridades irlandesas, ni a Facebook le interesa que la empresa deje de ofrecer sus servicios a los ciudadanos.
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