Un cambio en la ley en España hará que la garantía legal suba de 2 a 3 años, incluyendo todos los bienes de forma general, pero que se notará especialmente en móviles, ordenadores y demás tecnología, pues son dispositivos cuya vida útil no siempre es todo lo larga que debería.
Por lo tanto, la garantía de 3 años pasa a ser obligatoria, aunque si el fabricante ofrece en su publicidad mejores condiciones de garantía (por duración o coberturas), prevalece lo que sea más beneficioso para el consumidor. Por ejemplo, móviles como el LG Wing ya ofrecían 5 años de garantía de manera general.
Además, los fabricantes quedan obligados a vender piezas de repuesto durante 10 años (antes eran 5 años), para garantizar el denominado "derecho a reparar". Algo que en el caso de los electrodomésticos será una gran ventaja, y que en la tecnología supondrá mayores retos.
En móviles, tablets y portátiles cada vez resulta más difícil reparar los componentes, y aunque los fabricantes deban disponer de piezas de sustitución (pantallas, cámaras y carcasas son las más dadas a accidentes), a veces el uso de pegamento para unir las diferentes partes hace casi imposible el desmontaje sin destruir el dispositivo.
Sin olvidar que marcas como Apple son bastante contrarias a las reparaciones no oficiales, y complican en gran medida la sustitución de componentes.
En último término, se busca impulsar la "economía circular", un modelo sostenible donde se generen menos residuos, y los productos tengan una vida útil más larga. Eso sí, la iniciativa proviene de la Unión Europea, y buena parte de estas novedades llevan a nuestra legislación los compromisos ya adquiridos en Bruselas.
Por otro lado, ahora la ley incluye los servicios digitales, como un videojuego, un programa o un ebook, pasando por plataformas de streaming o las redes sociales, que deben cumplir con lo ofrecido a nivel de garantía.
Eso incluye los servicios "gratuitos" a los que accedemos al facilitar datos personales, y excluye al software libre, cuyo código es accesible públicamente y se puede conseguir gratis.
Un tema delicado es la "falta de conformidad", pues la ley actual considera que durante los 6 primeros meses se accede a la garantía de forma automática, y que el producto tenía el fallo por defecto.
Algunas marcas obligaban a demostrar al consumidor tras esos 6 meses que el fallo era de origen (incluso pidiendo un informe de un perito), complicado mucho el proceso. Pues bien, dependiendo del artículo, ahora tenemos entre 1 año y 2 años en los que la garantía no exige pruebas, y debe ser asumida automáticamente por la marca.
Por otro lado, los derechos referidos a la garantía ahora expiran a los 5 años, en lugar de 3 años, algo importante si queremos reclamar posteriormente un trato incorrecto.
Es posible que la garantía de 3 años suponga el aumento del coste de algunos productos, aunque a largo plazo debería resultar beneficioso para el consumidor y el planeta.
En productos como ordenadores, alargará su vida útil, otros como los smartphones se suelen sustituir antes de 3 años, ya sea para acceder a un modelo más reciente o por la rotura accidental de la pantalla del móvil, que no cubre la garantía.
Por ahora, el Ministerio de Consumo español ha comunicado los detalles claves del texto aprobado por el Consejo de Ministros, aunque falta conocer exactamente la redacción de la ley, que se publicará en el BOE (Boletín Oficial de Estado).
Desde luego, que la garantía legal pase de 2 a 3 años es una novedad positiva, que resultará muy útil en el segmento de la tecnología, donde cada año se generan toneladas de basura electrónica con productos que se podrían reparar con facilidad si hubiera voluntad.
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