En cualquier casa hay muchos objetos que afectan a la calidad del WiFi, y que perjudican a la velocidad, cobertura y estabilidad de la señal inalámbrica. Objetos que deberían estar lejos del router WiFi y, si es posible, fuera de la trayectoria hacia los dispositivos.
Hemos explicado algunos trucos para solucionar las interferencias del WiFi, y ahora nos centraremos en los elementos habituales en hogares u oficinas que generan problemas.
Lo ideal es contar al menos con un router WiFi 6, pues el WiFi 5 se empieza a quedar obsoleto. De todas maneras, estos objetos problemáticos afectan por igual en todos los casos, no hay diferencia entre los estándares.
Jarrones, acuarios, y botellas de agua
En general, el agua es uno de los elementos que más afecta a la señal WiFi. Es decir, no deberíamos tener un jarrón con agua cerca del router, tampoco un acuario o pecera. Son elementos que a veces colocamos en el recibidor, junto al router, perjudicando mucho la señal.
Tampoco deberían estar cerca de los dispositivos conectados, o el trayecto de la señal. No siempre querremos renunciar a estos elementos en el hogar, pero igual los podremos recolocar. Por ejemplo, si tenemos una botella de agua junto al ordenador, es mejor que esté un poco lejos, y del lado opuesto al que llega la señal WiFi.
Microondas y otros electrodomésticos
El segundo gran enemigo del WiFi son los objetos de metal, que impiden el paso de la señal, o la distorsionan. Una nevera, una lavadora, un radiador u otro gran electrodoméstico son obstáculos a veces insalvables.
Incluso peor es el microondas, diseñado para no dejar que las ondas salgan al exterior. Además, si está funcionando, la interferencia se maximiza.
En edificios grandes, es posible que zona en la que está el router y la habitación con los dispositivos pase un ascensor. Un verdadero problema que, si no podemos mover el router, seguramente exija hardware adicional.
Si tenemos habitaciones en otra trayectoria que permita evitar la "zona muerta" del ascensor, podemos optar por un repetidor WiFi o, mucho mejor, un sistema WiFi Mesh.
De no ser así, tendríamos que pensar en cables: o bien tender Ethernet por las paredes, o usar un PLC para aprovechar los cables de la instalación eléctrica.
Paragüeros, bicicletas y elementos de metal
El metal interfiere con el WiFi, y más incluso si incluye elementos puntiagudos. Por ejemplo, un router en el recibidor muy cerca de una bicicleta o un paragüero metálico, o cualquier decoración, como un pequeño armario lleno de llaves o una hucha con monedas.
Son elementos sencillos de mover o, mejor aún, podríamos optar por otros materiales si estamos redecorando la casa. La madera, el plástico o los textiles son mucho más amigables con las señales inalámbricas.
Espejos
Los espejos también bloquean, dispersan o interfieren con la señal del WiFi, en función de sus materiales, grosor y forma. En la mayoría de los espejos, la capa reflectante es metálica, así que representa un obstáculo importante.
Por un lado, lo mejor es no colocar el router cerca de un espejo, sobre todo si está a medio camino respecto al área que podemos cubrir. En cambio, si está detrás del router, podría potenciar la señal. Eso sí, debemos hacer pruebas, pues la propagación inalámbrica no es tan predecible como parece.
Puertas aluminio, cuadros de luces y ciertas pinturas
No son las más habituales dentro de casa, pero las puertas de aluminio afectan a la señal WiFi. También si tienen espejos acoplados, e incluso una puerta gruesa de madera maciza es un obstáculo mayor que aquellas con rellenos ligeros.
Del mismo modo, no es muy buena idea colocar el router WiFi junto al cuadro de luces de la entrada de casa, pues hay bastantes elementos metálicos, como los propios cables.
Por último, determinadas pinturas pueden suponer problemas. Las pinturas e imprimaciones para paredes interiores normalmente usan una base de agua, látex o incluso aceite, que no interfieren con las ondas electromagnéticas.
Pero existen ciertas pinturas con elementos metálicos, que sí bloquean la señal. De hecho, hay pinturas con níquel o grafito en su composición con el objetivo específico de bloquear el WiFi, la cobertura móvil y otras señales.
El cuarto de baño
El cuarto de baño es una habitación llena de elementos problemáticos. Muchos objetos metálicos como grifos o toalleros, agua corriendo cuando nos duchamos, y azulejos que hacen más gruesas las paredes.
No suele haber solución sencilla en estos casos. Si en las habitaciones contiguas al cuarto de baño se pierde la señal WiFi, la solución suele pasar por repetidores, sistemas Mesh, PLC o cable Ethernet.
Aunque no es habitual que se ubique en la trayectoria del WiFi, un termo eléctrico es un obstáculo complicadísimo. Construido en metal, y con decenas de litros de agua en su interior, absorberá la señal de manera muy notoria.
Columnas (y paredes en general)
Las paredes van absorbiendo buena parte de la señal del WiFi, por eso se recomienda colocar el router WiFi en el centro del área a cubrir. El objetivo es que la señal llegue de la manera más uniforme posible a todas las zonas.
En caso de que optemos por repetidores o WiFi Mesh, ya no es tan importante la colocación en el centro. El router principal se puede ubicar en un extremo que nos interese cubrir, y con los otros nodos se lleva la señal a otras áreas.
Deberíamos evitar las columnas todo lo posible, porque al WiFi le cuesta muchísimo penetrar. El hormigón es mucho más denso que el ladrillo o pladur de las paredes, y en su interior tiene varillas metálicas.
Es el mismo material de la placa (techos y suelos) de los edificios, lo que explica que llevar el WiFi de una planta a otra sea complejo, y muchas veces exija hardware adicional.
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