¿Qué es el protocolo DHCP? ¿Para qué sirve?

¿Qué es el protocolo DHCP? ¿Para qué sirve?

Conectar un ordenador a Internet nos parece fácil, pero realmente no lo es. Hacerlo con varios equipos, impresoras y otros dispositivos tiene aún más dificultades, necesitando unas cuantas herramientas informáticas. Una de ellas es el protocolo DHCP y aquí te explicamos para qué sirve.

Podemos empezar recordando que un protocolo es un conjunto de reglas que definen una forma de actuar en un caso determinado. En el mundo de la informática permiten que equipos y dispositivos diferentes por su hardware y software puedan conectarse y funcionar correctamente.

Hay decenas de protocolos hoy día, como el TCP y el IP, que controlan nuestra manera de conectarnos a la red de redes. El DHCP forma parte de esta familia, un invento que se ha vuelto casi indispensable.

Es un protocolo cliente/servidor, por lo que está presente en ordenadores y tablets, pero también en routers y en servidores de Internet (la denominada "nube"). Quizá el ejemplo más cotidiano sea la conexión de dispositivos al router WiFi aprovechando DHCP para simplificar la configuración.

Sus siglas corresponden a Dynamic Host Configuration Protocol o Protocolo de Configuración Dinámica de Host y podríamos explicarlo, de forma muy sencilla, una forma de ordenar e identificar a los distintos componentes de una red informática.

Origen del DHCP

Poder conectar dos simples ordenadores fue, en los años 60 del siglo XX, un desafío que necesitó de grandes esfuerzos de investigación. Uno de los primeros problemas que se plantearon fue salvar las diferencias que existían entre ordenadores que, a veces, eran muy distintos entre sí.

Durante esos años y las décadas siguientes se comenzaron a desarrollar protocolos con mayor y menor fortuna para asegurar el funcionamiento de las redes. Así surgieron el NCP (Network Control Protocol), el TCP (Transmission Control Protocol) y el IP (Internet Protocol), por citar unos pocos.

La complejidad de los sistemas enlazados, tanto de oficinas, educativas o domésticas fue haciéndose mayor con el paso de los años. Actualmente no es raro tener ordenadores, tablets, teléfonos, impresoras y electrodomésticos enlazados dentro de una misma red doméstica.

De esta manera nacieron protocolos como el RARO (Reverse Address Resolution Protocol) y el BOOTP (Boot strap Protocol), que trataban de organizar a los equipos que formaban una red.

Finalmente, en 1993 veía la luz el DHCP, nacido del BOOTP, evolucionando muy rápidamente durante los años 90. A principios del siglo XXI siguió ganando aceptación y ha acabado por ser implementado en casi todos los sistemas operativos.

¿Cuál es la IP 192.168.0.1?

Imagen - ¿Qué es DHCP?

Cómo funciona el DHCP

El protocolo DHCP asigna una serie de parámetros de conexión a los dispositivos de nuestra red local. Uno de ellos es la dirección IP, una especie de "matrícula" específica para identificar cada unidad.

Dicho de otro modo, si tenemos dos ordenadores conectados a Internet en nuestra casa, cada equipo poseerá una IP diferente (192.168.0.5 y 192.168.0.6, por ejemplo).

Esta asignación del DHCP es dinámica, por lo que la IP no siempre es la misma. Si desconectamos un equipo con IP 192.168.0.5 y encendemos otro nuevo, es posible que éste último obtenga esa misma dirección. En caso de volver a conectar el primero, el DHCP le asignaría una IP nueva dentro de su lista (192.168.0.6).

Podríamos resumirlo en que el DCHP proporciona direcciones de manera reutilizable y, normalmente, de forma automática.

Además de la IP, este protocolo configura otros parámetros como los DNS, la puerta de enlace o la máscara de subred, necesarios para tener plena funcionalidad con la red de redes.

Normalmente, el DHCP funciona de manera automática, ahorrándonos tiempo y más de un quebradero de cabeza a los que no dominan las artes informáticas.

Sin embargo, también presenta la opción de asignar una IP de manera manual a los equipos que deseemos. Es muy útil para mantener la misma configuración de red en dispositivos específicos.

El DHCP también puede otorgar una asignación temporal a un elemento de la red. Cuando el tiempo establecido termina, la IP es devuelta y el dispositivo debe solicitar una nueva.

Imagen - ¿Qué es DHCP?


¿Es seguro el DHCP?

Hoy por hoy, la seguridad al 100% es imposible y los programadores saben que mantener un nivel razonable es un trabajo constante. DHCP ayuda mucho a gestionar una red, pero es cierto que tiene sus desventajas.

Al tener habilitado el servidor DHCP, nuestra red se vuelve vulnerable a conexiones intrusas, que al ser detectadas por el sistema, serán asignadas con una IP libre. La solución, en este caso, consistiría en desactivar el DHCP y asignar las direcciones de manera manual (estáticas, por tanto) dentro de un rango limitado.

Para verlo más claro lo podemos explicar con el siguiente ejemplo. Si en nuestra red siempre tenemos tres equipos pero no siempre están conectados, podemos darles, manualmente, direcciones parecidas a 192.168.0.2, 192.168.0.3 y 192.168.04. En caso de tener una intrusión, el nuevo dispositivo no tendría ninguna IP libre para serle asignada.

Otra ventaja de desactivar el DHCP y manejar las conexiones manualmente es que permiten configurar ciertas características específicas de forma más fácil. Si queremos abrir o cerrar puertos, por ejemplo, no tendremos que hacerlo cada vez que nos conectamos y se nos asigna una IP dinámica.

No obstante, aunque no es difícil desactivar el DHCP y asignar las IP de manera manual debe hacerse con cierto cuidado. No es raro confundirse y asignar la misma IP a dos dispositivos distintos, lo que puede provocar conflictos en el sistema.

En resumen, si no poseemos ciertos conocimientos de redes y poseemos un buen antivirus y un firewall, lo más probable es que no tengamos nada que temer, dejando el DHCP activado para facilitar la conexión de dispositivos.

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