Términos como "inteligencia artificial" o "big data" se oyen en boca de todos dentro del mundo de la tecnología, pues los ordenadores nos empiezan a comprender de una forma antes inimaginable. Sin embargo, el futuro de estos dos campos probablemente no está en nuestro smartphone, ordenador ni nada que podamos tocar, sino en algo tan difuso como la nube.
Nosotros hemos podido charlar con Jean Louis Queguiner, especialista en big data e inteligencia artificial, y con Vicent Terrasi, centrado en análisis de datos. Realizan su trabajo dentro de OVH, así que durante el OVH Summit 2017, al que hemos asistido, les hemos preguntado respecto a su visión de estos segmentos tan prometedores.
OVH es un gigante francés que se dedica al cloud. Probablemente muchos sitios web que visites estén hospedados en sus servidores, pero la nube ya no es solo para almacenar datos. Los cálculos que requiere la inteligencia artificial son muy pesados, así que al pedirle a nuestro móvil que nos muestre "fotos en lo que salga mi gato" quizá lo procese en la nube.
Por otro lado, el big data se basa en analizar información agregada de millones de usuarios, para descubrir detalles que pasarían desapercibidos a una escala más pequeña. Almacenar estos datos en un servidor central resulta mucho más cómodo, y gracias al uso de procesadores especializados es más fácil trabajar con los datos.
Herramientas flexibles para un sector cambiante
Para los usuarios, muchos servicios que incorporan inteligencia artificial funcionan de forma casi "mágica", pero detrás de ellos hay una infraestructura compleja. Jean Louis Queguiner nos comentó que es difícil saber qué va a ocurrir en el sector dentro de 6 meses o 1 año, porque pueden aparecer nuevos procesadores o algoritmos.
En ese entorno cambiante, OVH apuesta por formatos abiertos. Sus datos son sencillos de mover, han desarrollado un conector universal, y todo se basa en estándares interoperables. La inteligencia artificial necesita mucha información para tomar las decisiones, y precisamente es allí donde los servidores de OVH dan la ventaja a las empresas que prueban diferentes tecnologías.
Además, muchos dispositivos no pueden encargarse de almacenar los datos necesarios para sus funciones de inteligencia artificial, ni tampoco procesarlos. En ese sentido, la nube permite encargarse de todo, e intercambiar la información según el usuario tenga conectividad móvil o disponga de WiFi.
El ejemplo del coche autónomo
Mientras hablábamos con Queguiner y Terrasi surgió el ejemplo del coche conectado. En general, los automóviles que conducen solos no deberían depender de la conexión a Internet, pero sí supone un recurso muy valioso para mejorar su respuesta. El problema es que las conexiones 4G actuales, e incluso puede que el 5G, no son adecuadas para transmitir la enorme cantidad de datos que se recogen.
Sin embargo, en caso de que un coche autónomo se encuentre una situación inesperada, puede comprimir los datos, y enviarlos por WiFi al final del día, cuando esté aparcado. Luego se procesarán y agregaron a una enorme cantidad de información, con el objetivo de buscar una solución mejor a la situación.
El resultado será que el coche, o quizá todas las unidades de ese modelo, aprenderán a enfrentarse a casos no previstos, gracias a las posibilidades de analizar los datos y aplicar sistemas de aprendizaje automático.
La protección de datos, un factor a tener en cuenta
Otro aspecto que va a cobrar importancia en los campos de la inteligencia artificial y el big data es la privacidad. Nosotros ya hemos tratado sobre los cambios que que supondrá la GDPR en 2018, aumentando el control y los derechos de los usuarios respecto a sus datos personales. Además, esta ley europea afectará a cualquier empresa que trabaje con información de los ciudadanos de la Unión Europea, y establece importantes multas en caso de que ocurran filtraciones.
En ese sentido, OVH da mucha importancia a la aplicación de la GDPR. Dado que es una empresa francesa, ofrece mayores garantías a nivel legal. La división de OVH en Estados Unidos, por ejemplo, funciona como una empresa independiente, porque allí se aplica la Patriot Act, que probablemente generará conflictos con Europa.
En definitiva, la inteligencia artificial, el "machine learning" y los análisis masivos de datos son campos que apenas están naciendo, pero que requieren un entorno flexible, al mismo tiempo que una regulación que asegure que nuestra información personal se mantiene protegida.
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