El popular WhatsApp está caído, pues la plataforma de mensajería no permite enviar ni recibir mensajes. Los mensajes se quedan pendientes de enviar, con el símbolo de un reloj donde deberían salir los checks de lectura habituales en WhatsApp.
Ya hemos explicado qué hacer cuando WhatsApp está caído, pero en este caso no hay solución posible por parte del usuario. Se trata de un problema en los servidores de WhatsApp, y es de imaginar que sus ingenieros trabajan a contrarreloj para resolver la caída lo antes posible.
La aplicación de WhatsApp abre con normalidad, y en principio nos deja enviar texto u otros contenidos. El problema surge con la conexión al servicio, así que todo lo que enviemos queda pendiente.
Basándonos en anteriores caídas, es de esperar que los mensajes sí sean entregados cuando WhatsApp vuelva a funcionar, así que no se han perdido de manera definitiva.
En esta ocasión, los problemas no afectan a Instagram ni a Facebook, las dos otras grandes redes sociales propiedad de Meta. No es infrecuente que cuando uno se ha caído acabe arrastrando al resto, pero esta vez parece que nos hemos librado.
A los usuarios no nos queda otra opción que tener paciencia, pues dependemos de que WhatsApp solucione sus problemas internos. Es muy molesto no poder comunicarnos con la app, pero recordemos que existen muy buenas alternativas a WhatsApp como Telegram o Signal.
Otra opción es usar redes sociales alternativas, como los mensajes privados de Twitter e Instagram. Nos hemos acostumbrado tanto a WhatsApp que no sabemos qué hacer cuando se ha caído, pese a que existen numerosas posibilidades.
De hecho, muchas tarifas de móvil incluyen mensajes SMS gratis, y los usuarios de Android disponen de la plataforma RCS que permite enviar imágenes por SMS y disfrutar de otras prestaciones propias de la mensajería instantánea moderna.
En definitiva, la caída de WhatsApp es molesta, pero debería durar poco. En los últimos años, los problemas técnicos han sido menos frecuentes, así que cuando algo falla los usuarios se sienten frustrados por perder un servicio que para muchos es casi esencial.
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