A todos nos exaspera que nuestro móvil, tablet u ordenador vaya lento, pero las molestias más graves las sufrimos cuando el acceso a Internet no responde como esperamos. De acuerdo a un estudio reciente, la lentitud de la conexión genera estrés, de hecho, solo un retraso de 1 segundo basta para que los usuarios se impacienten.
Este estudio ha sido realizado entre 150 voluntarios en Alemania, a los que se les hicieron electroencefalogramas, se les midió el pulso y se siguió el movimiento de sus ojos. Al principio podían navegar con un smartphone en buenas condiciones, pero luego se empezó a simular lentitud y errores en la conexión, lo que enseguida generó estrés.
El resultado es que hasta los retrasos más pequeños provocan estrés. Solo un retraso de segundo para que se inicie un vídeo de YouTube ya supone un problema. Entre los millenials (los nacidos entre 1984 y 2004), el 75% cerraba el vídeo si tardaba más de 4 segundos en cargar. Si al subir un selfie a Facebook tarda 2 segundos más de lo normal, los internautas también se estresan.
No nos extraña que YouTube haya lanzando una app para los que tiene conexiones lentas, porque los usuarios se han vuelto muy impacientes. En Internet la regla es ofrecer experiencias inmediatas que nos satisfagan sin esfuerzo, así que hasta la menor lentitud nos molesta. Los usuarios que más se estresan ante un retraso en YouTube son aquellos de 18 a 24 años, lo hacen un 38% más que los que pasan de los 35 años, algo que tampoco resulta inesperado.
Este estudio ha sido realizado por Vodafone y Ericsson, cuyo negocio gira alrededor de las infraestructuras de red, así que el conflicto de intereses es evidente. Sin embargo, si pensamos en lo que sentimos cuando nuestro ordenador va lento, una página web no carga o nuestra conexión sufre problemas, veremos claro que refleja una realidad cotidiana.
Quizá nuestro estrés se reduzca si se cumple el ambicioso plan de Unión Europea para dotar de WiFi a todas las ciudades, pero la causa última es que los internautas nos hemos acostumbrado a las altas velocidades, y ahora somos impacientes. Está claro que la lentitud en las conexiones nos provoca estrés, pero el problema no solo es de las redes, sino de nuestras prisas.
¿Qué opinas de este estudio? ¿Tu también te estresas si tu acceso a Internet va lento y sufre errores, o intentas mantener la calma?
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