Cada día vemos nuevas invenciones y tecnologías vanguardistas que prometen mucho, pero solo unas pocas pasan la prueba de la popularidad y quedan marcadas como un gran aporte para la sociedad. Es por ello que la lista de peores dispositivos de la historia es larga, contando con gadgets que parecía que iban a llegar lejos, pero que cayeron en el olvido.
Ya sea que provengan del mundo de la reproducción de música, del de los smartphones o del de los ordenadores personales, hay mucho de qué hablar sobre estos aparatos que pudieron ser un hito de la tecnología, pero que quedaron a años luz de lograrlo por diferentes factores.
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Microsoft Zune
En respuesta al iPod de Apple, lanzado en 2001, Microsoft anunció su propio reproductor cinco años después, llamado Microsoft Zune, a la venta exclusivamente en Estados Unidos. Sin embargo, como se suele decir, unos nacen con estrella y otros estrellados, y a continuación te explicaremos por qué decimos esto.
Aunque la propuesta de los de Redmond era interesante, ofreciendo también la posibilidad de escuchar música, podcasts y radio, ver vídeos e imágenes, entre otras funciones, muy pocos se interesaron en el Zune, y casi tuvo más éxito como meme que como reproductor.
La primera edición contaba con una pantalla de 3 pulgadas, una rueda de desplazamiento y un disco duro de 30 GB. En comparación con el iPod, el Zune era más grande y pesado, además de que el propio software interno del dispositivo era menos intuitivo y más complicado de usar en comparación con iTunes.
Por otro lado, Zune era incompatible con algunos formatos populares de archivos de música y video, mientras que el iPod tenía bastante cuidada esta faceta para no crear experiencias de usuario desagradables.
Algo novedoso que ofrecía Zune era el poder compartir música de forma inalámbrica con otros Zune cercanos. Sin embargo, tenía la pega de que las canciones compartidas solo podían ser reproducidas tres veces antes de que se bloquearan.
Igualmente, el Zune Marketplace, la tienda oficial del dispositivo, ofrecía música, podcasts y videos, pero de forma mucho más limitada que iTunes, lo cual era otra razón para no comprarlo.
Tras cuatro generaciones de intentos en las que se aumentó el almacenamiento y otras mejoras menores, Microsoft dejó de fabricar la línea Zune en 2011. Después, Microsoft entró de nuevo en el mundo de la música digital a través de Xbox Music, que después pasaría a llamarse Groove Music, y ahora, en Windows 11, simplemente "Reproductor multimedia".
Nosotros pensamos que Microsoft se preocupó tanto en querer superar a Apple, que descuidó su propio potencial para crear cosas realmente útiles e innovadoras, ya que lo mismo le ocurrió con el Windows Phone, otro desastre anunciado.
Google Glass
Como comentamos antes, siempre hay un factor de suerte a la hora de lanzar nuevos dispositivos, y es que a Google no le podemos decir lo mismo que a Microsoft. Esta lanzó unas gafas con una pequeña pantalla, cámara, altavoces de conducción ósea y touchpad en la patilla, a la vez que integraba un proyector en la pantalla. Por otro lado, era compatible con Wi-Fi y Bluetooth.
Al igual que Microsoft llegó mal y tarde con el Zune y con Windows Phone, Google llegó demasiado pronto, tan pronto que ni siquiera aquellos que las probaron sabían para qué querían tener unas gafas tan futuristas.
Las Google Glass permitían a los usuarios tomar fotos y videos, recibir y enviar mensajes, realizar y recibir llamadas, y navegar por internet. Además, era posible interactuar con ellas mediante comandos de voz, gestos en el touchpad, o mediante la pantalla táctil para abrir Google Maps, Google Now o Google Plus u otros servicios específicos de las propias gafas.
Un dispositivo así de novedoso y futurista parece tener la receta perfecta para el éxito, pero no fue así. Según los usuarios que las probaron, sus dos principales problemas era la violación a la privacidad que suponía y su alto coste de 1.500 dólares, además de otros problemas técnicos que abordaremos más abajo.
Bien es cierto que estamos de acuerdo en que el precio podía llegar a ser excesivo en aquel momento como para tener éxito. Por cierto, Apple se va a lanzar a la misma piscina durante el próximo año con las Apple Vision Pro, con un precio de 3.500 dólares. Es por ello que, tras el fracaso de las Google Glass, Google no competirá con Apple Vision Pro.
Sin embargo, el gran número de quejas relacionadas con que las Google Glass suponían una violación de privacidad parecen haber desaparecido ante un concepto muy parecido: las Ray-Ban Meta. Unas gafas fruto de la colaboración de Meta y Ray-Ban que también graban vídeos, fotos y audio.
Es curioso como un mismo concepto puede ser despojado y laureado con una diferencia de 10 años, pero es que en tecnología una década es mucho tiempo. No obstante, hay otras causas que no ayudarían a que estas gafas salieran adelante, como muy poca duración de batería y otros errores que las hacían inútiles.
Sin embargo, eso sigue sin responder a nuestra pregunta de por qué un mismo concepto puede tener opiniones tan diferentes en unos años. Al fin y al cabo, las Google Glass se encontraban en fase beta, por lo que no era extraño que hubiera errores.
Este es, cuanto menos, un curioso caso que muestra que cada invento tiene su tiempo, y no tendrá éxito si se lanza con demasiada antelación o retraso.
BlackBerry PlayBook
En 2011, el mercado de las tablets ya era un vergel de opciones para elegir, pero dos eran las líderes por aquel entonces: el iPad 2 y la Samsung Galaxy Tab 10.1.
Muy por detrás de estas, una marca mítica como RIM, más conocida después como BlackBerry Limited, trató de hacerse un hueco con la BlackBerry PlayBook, una tablet con una pantalla de 7 pulgadas, resolución de 1024 x 600 píxeles, 1 GB de RAM y disponible en versiones de 16 GB, 32 GB o 64 GB de almacenamiento.
Aunque su sistema operativo era BlackBerry Tablet OS, una plataforma que al final resultó estable, la tablet en sí carecía de características esenciales, como el correo electrónico nativo, contactos y calendario, por poner algunos ejemplos. Para hacer uso de ellas, se necesitaba un smartphone BlackBerry y una función llamada BlackBerry Bridge.
Por otro lado, la carencia de funciones llegó a su tienda de aplicaciones, llamada BlackBerry App World, la cual no podía ni siquiera competir con las tiendas de aplicaciones de Apple y Android en términos de cantidad y calidad de aplicaciones disponibles.
En 2012, finalmente se proporcionaron funciones de correo electrónico, contactos y calendario nativos en la tablet, pero ya era tarde. Tanto fue el fracaso de la BlackBerry PlayBook, que la compañía tuvo que aprovisionar un cargo de casi 500 millones de dólares en 2011 debido al stock no vendido.
En este caso, vemos que BlackBerry no tenía suficiente atractivo para los desarrolladores como para que estos trajeran sus apps a su sistema operativo. Esto, junto a las pocas facilidades que dieron para que los usuarios pudieran realizar funciones básicas, terminó de sepultar esta alternativa en el mercado de las tablets.
N-Gage
Este es, según nuestro punto de vista, y a pesar de que se encuentra en esta nefasta lista, uno de los dispositivos más creativos que hemos visto.
El N-Gage fue fabricado por Nokia y lanzado en 2003, y lo que estás viendo en la imagen sobre estas líneas es la fusión de un teléfono móvil y una consola de videojuegos portátil. Como puedes ver, en el lado derecho cuenta con el teclado numérico perteneciente al teléfono, en la parte superior tiene las teclas de llamar y colgar llamada, y en la parte izquierda tiene un control de movimiento para los juegos.
Sin embargo, este diseño resultaba incómodo para hacer llamadas, ya que el micrófono y el altavoz estaban colocados en uno de los laterales. Una anécdota divertida sobre esto es que terminó obteniendo el apodo de "Taco Phone" debido a la forma en que los usuarios tenían que sostenerlo a la hora de hacer llamadas.
Imagen: Global Nerdy
En cuanto a su hardware, el N-Gage estaba equipado con un procesador ARM y 3.4 MB de memoria, lo cual era relativamente limitado incluso para los estándares de la época.
Su sistema operativo era Symbian y admitía varios juegos, algunos populares como "Tomb Raider", "Spider-Man 2", "Call of Duty", "Splinter Cell: Chaos Theory" y "SonicN". No obstante, su biblioteca de juegos seguía siendo limitada en comparación con la de Game Boy Advance.
Además, la calidad de estos era bastante pobre. Por si fuera poco, si llamar a través del N-Gage era incómodo, cambiar los juegos era otro paso nada confortable. Concretamente, había que quitar la batería para acceder a la ranura de la tarjeta, sacar una y meter otra, volver a meter la batería y cerrar.
Aunque la idea era original, su precio de 299 dólares y todos los factores mencionados anteriormente hicieron que las ventas del N-Gage fueran decepcionantes.
Aun así, Nokia no se rindió e intentó revivir la marca con el N-Gage QD en 2004, que corrigió algunos de los problemas de diseño del original. Sin embargo, el QD tampoco logró tener éxito, por lo que se cerró esta línea de dispositivos en 2005.
Pensamos que el N-Gage estaba adelantado a su tiempo en cuanto a idea, pero la forma en que esta se plasmó en un dispositivo físico no fue la mejor. La combinación de un diseño incómodo, un hardware limitado, una biblioteca de juegos insuficiente y un precio alto fueron el cóctel perfecto para que no siguiera adelante.
Netbooks
Si el mercado de los ordenadores estaba tranquilo con PCs de sobremesa y ordenadores portátiles, los netbooks llegaron a últimos de la década de los 2000 para irrumpir en medio de esta calma, y no precisamente de una forma positiva.
Estos ordenadores con pantalla de entre 7 y 10 pulgadas y teclados minúsculos presumían de la portabilidad de los portátiles a precios más económicos, pero, como es obvio, esto se tiene que ver reflejado en aspectos negativos del dispositivo.
Sabemos que la gama baja es muy exitosa entre el público que no necesita tanto y los usuarios que quieren gastar poco. Sin embargo, el hecho de que un dispositivo sea de gama baja no implica que este no cubra las necesidades básicas de los usuarios, y es aquí donde fallaron los netbooks de forma dramática.
La utilidad de estos pequeños portátiles era tan básica que incluso los usuarios menos exigentes se encontraron frustrados.
Por ejemplo, sus procesadores eran de baja potencia, contaban con una memoria RAM de tan solo 1 o 2 GB, además de un almacenamiento tremendamente pequeño. Los fabricantes justificaban este panorama argumentando que estaba diseñado para mantener bajos tanto el costo como el consumo de energía.
Los netbooks venían, en el mejor de los casos, con sistemas operativos como Windows XP o Windows 7 Starter, y en el peor, con versiones más antiguas de Windows, como Windows CE. También había otros que optaban por integrar Linux.
Obviamente, estos sistemas operativos a menudo estaban limitados en características para poder funcionar en el hardware más básico de los netbooks, lo cual no mejoraba nada el asunto de cara a los usuarios.
Las únicas tareas que se podían realizar con éxito en los netbooks eran la navegación web con multimedia reducida, correo electrónico y el procesamiento de texto. Por tanto, ver vídeos en estos aparatos podía, en algunos casos, comenzar a ser un problema, y, por supuesto, usar programas de edición gráfica, por muy básicos que fueran, se convertían en un desafío casi imposible.
En términos de conectividad, sí ofrecían opciones como Wi-Fi, Bluetooth y puertos USB, aunque no contaban con unidades ópticas de CD/DVD y otros periféricos que eran comunes en los portátiles más grandes.
Nuestra opinión al respecto es que los netbooks llegaron muy tarde al mercado. Si hubieran llegado varios años antes, habrían acertado con un perfil de cliente que buscaba, básicamente, edición de texto en un portátil pequeño y económico.
Sin embargo, el cliente básico de aquel entonces comenzaba a exigir más conforme avanzaba la tecnología, y fueron muchos los que creyeron que un netbook era un portátil de gama baja, cuando no era exactamente así.
La caída en picado de los netbooks llegó con la popularización de las tablets y ultrabooks. Estos nuevos dispositivos ofrecían mejor rendimiento, mejores características y diseños igualmente portables sin comprometer demasiado el bolsillo de los clientes.
Amazon Fire Phone
El Amazon Fire Phone fue lanzado en junio de 2014, marcando el intento de Amazon de penetrar en el mercado de smartphones, algo que, como ya hemos visto antes, no es nada fácil.
Sin embargo, no podemos decir que Amazon no trató de traer novedades interesantes a este mercado, aunque es posible que se quedase corto. Una de ellas fue Dynamic Perspective, que permitía una experiencia 3D al ajustar el ángulo en el que se mostraban las imágenes en la pantalla según la perspectiva del usuario.
Esta característica se lograba mediante cuatro cámaras montadas en el frente del teléfono que seguían el movimiento del rostro del usuario.
Otra de estas características especiales fue Firefly, que permitía a los usuarios escanear objetos, textos y sonidos para identificarlos y, eventualmente, comprarlos a través de Amazon.
Al fin y al cabo, la idea no era mala: sacar un móvil que de manera más o menos directa redirigiese a Amazon y sus servicios.
Sin embargo, el Fire Phone tuvo varios inconvenientes que contribuyeron a su fracaso. Primero, el precio elevado del teléfono en el lanzamiento fue una sorpresa desagradable para muchos. Concretamente, 650 dólares para el modelo de 32 GB y 749 dólares para el modelo de 64 GB.
Por otro lado, y pesar de la perspectiva dinámica 3D y Firefly, no había mucha diferencia entre el Fire Phone y otros teléfonos de aquel momento, lo cual hizo pensar a muchos que el precio estaba inflado y que realmente no aportaba mucho más a cambio del coste superior que suponía.
Además, durante el lanzamiento, el Fire Phone solo estuvo disponible a través de AT&T en los Estados Unidos, lo que limitó el acceso a unos pocos clientes. Para colmo, la escasez de apps en la tienda de aplicaciones de Amazon en comparación con la Google Play Store o la Apple App Store también fue un factor contribuyente a su fracaso.
Viendo todos estos casos de fracaso, sacamos una conclusión que es común a varios de ellos: el que una compañía tenga éxito en un campo no significa necesariamente que vaya a tener éxito en otros, por muchos recursos o popularidad que tenga.
Que Amazon sea el gigante de las compras en Internet no significa que lo vaya a ser en el mercado de los móviles, y que Microsoft destacase con Windows no significa que fuera a tener éxito con un reproductor multimedia o un móvil propio.
Estos han sido los que, en nuestra opinión, merecen estar en este top de los peores gadgets de la historia. Algunos justamente, mientras que otros simplemente no tuvieron la suerte necesaria. Sin embargo, aunque no tuvieron éxito por sí mismos, sí inspiraron a crear nuevos dispositivos que evitaran los errores del pasado.
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