El fin del ADSL o Asymmetric Digital Subscriber Line (línea de abonado digital asimétrica) es una realidad. ADSL es la tecnología que permitió llevar la conexión de Internet a través del cable de teléfono con velocidades muy superiores a la de los módem que venían integrados, generalmente, en los ordenadores de sobremesa y los primeros portátiles.
Los módem de teléfono ofrecían velocidades de hasta 56 Kbps en los mejores casos (sí, kilobits por segundo), mientras que con ADSL, se podían tener velocidades de decenas de Mbps (mega bits por segundo). La A de Asimétrica entra en juego aquí; las decenas de megas solo se daban en la dirección de bajada (desde Internet hasta el usuario). Para la subida, desde el equipo del usuario hasta Internet, la velocidad se quedaba en un mega.
La máxima velocidad de ADSL, en su variante VDSL o Very High Digital Subscrber Line, permitía llegar a los 35 Mbps de bajada y 3,5 Mbps de subida, en los mejores tiempos de esta tecnología. ADSL hacía posible llevar Internet a los hogares y empresas sin cambiar el cable de teléfono de cobre, que permitió a la telefonía fija llegar a la práctica totalidad de las unidades residenciales.
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El fin del cable de cobre
Este día 19 de abril, se pone punto y final a la explotación del cable de cobre por parte de Telefónica. A pesar de que la fibra óptica ha progresado de forma significativa en la última década (su despliegue comenzó en 2008 en España), aún quedan, especialmente, en las zonas rurales, centenares de miles de líneas de ADSL. En concreto, unas 486.000, según datos de finales de 2023.
Telefónica aún tiene unas 5.500 centrales de cobre en funcionamiento, mientras que Vodafone cuenta con unas 1.100. Además, hay otras operadoras que ofrecen servicio de ADSL indirectamente a través de las líneas de cable de cobre de Telefónica. Estos operadores podrán seguir dando servicio de ADSL a sus clientes.
El 19 de abril, Telefónica deja de dar servicio de ADSL a los clientes minoristas, mientras que Vodafone hará lo propio a mediados de este año 2024. El cierre de las centralitas de cobre que no se hayan cerrado para el 19 de abril, se irá dando progresivamente en los meses posteriores, para finalizar el 27 de mayo de 2025 este proceso que ha ido prolongándose en el tiempo de un modo bastante irregular.
El retraso de los planes PEBA
Paralelamente al cierre de las centralitas, España ha estado beneficiándose, al menos en teoría, de los planes de extensión de banda ancha (o PEBA, atendiendo a sus siglas). España, con fondos europeos, puso en marcha iniciativas para llevar banda ancha (fibra óptica) hasta los hogares en zonas rurales o menos favorables para que la inversión privada se viera incentivada a llevar la fibra a zonas residenciales con una densidad de población poco interesante para el despliegue de fibra.
Los planes PEBA contaban con financiación proveniente de fondos europeos, pero la ejecución de estos planes ha estado condicionada negativamente por retrasos constantes, que en algunas zonas rurales superan incluso los 4 años. Los planes PEBA, una vez agotados los plazos de ejecución, han dejado paso al plan UNICO-Banda Ancha (Programa de Universalización de Infraestructuras Digitales para la Cohesión-Banda Ancha).
Lo que ha quedado bastante claro durante estos años, es que las operadoras no han mostrado mucho interés en ampliar el despliegue de fibra hacia las zonas rurales, incluso ni siquiera con la ayuda de los fondos europeos, bajo las recomendaciones de velocidades mínimas de acceso a Internet con las que deberían contar los ciudadanos europeos. Primero fueron 30 Mbps, y posteriormente se amplió este margen hasta los 100 Mbps.
La trampa que se ha hecho para maquillar la pobreza digital de las zonas rurales (y no tan rurales), con velocidades de acceso a Internet reales de apenas 3 megas de bajada y 0,7 megas de subida a través de ADSL, es usar los datos teóricos de velocidad de las redes de telefonía móvil 4G y ahora 5G, como la velocidad de acceso habitual a Internet.
Es una verdad a medias: en telefonía móvil para zonas rurales, es frecuente que haya una única antena compartida con centenares de usuarios. Y esa antena de telefonía, en muchos casos, está conectada a Internet con un radio-enlace con una capacidad para enviar y recibir datos bastante limitada. Ese caudal de datos, tiene que repartirse entre todos los usuarios conectados, lo cual hace que, en la práctica, la velocidad sea incluso inferior a la del ADSL.
La situación actual de decenas de miles de usuarios con conectividad ADSL es la de haber estado esperando por la fibra óptica de los planes PEBA, incluso durante varios años, sin saber muy bien qué es lo que les espera cuando se corte el servicio a través de los cables de cobre.
Las alternativas para el ADSL
Los usuarios que dejen de estar conectados a Internet a través de ADSL, tendrán que buscar otras alternativas tecnológicas. La telefonía fija ha perdido adeptos en los últimos años, hasta el punto de que algunos usuarios ya ni siquiera echarán de menos el número fijo. Es cierto que es factible conectarse a Internet a través de los datos móviles usando el smartphone como punto de acceso, aunque es una solución a medias.
A día de hoy, siendo un poco exigentes, habría que pedir que, salvo zonas especialmente inaccesibles y puntuales, allí donde llegue un cable de cobre, llegue también un cable de fibra óptica. Según parece, eso no va a ser factible de forma inmediata para un número de usuarios de ADSL que aún no está cuantificado.
La fibra permite disfrutar de servicios convergentes de conectividad, como son los relacionados con los contenidos de televisión, así como telefonía fija a través de pasarelas de VoIP, junto con velocidades simétricas de subida y bajada o latencias ultra bajas.
Las alternativas que se proponen si no llega la fibra, sin embargo, no son especialmente buenas por mucho que se trate de convencer a los usuarios de que la tecnología del satélite o el acceso a través de AFR (tecniologías 4G o 5G adaptadas a su uso como acceso a Internet para el hogar) son alternativas equiparables a la fibra.
Satélite
Hace unos meses, se anunció la disponibilidad del plan UNICO Demanda Rural para conectar aquellos hogares ubicados en zonas rurales donde no llegan tecnologías de conectividad de banda ancha a través de fibra. La tecnología es la de los satélites de comunicaciones de Hispasat, con unas prestaciones mejores que las de ADSL, pero, para nada comparables a la fibra óptica.
La velocidad de bajada es de 100 Mbps, con un máximo de 200 Mbps o 200 megas. La velocidad de subida, por otro lado, es de 10 Mbps, con un máximo de 20 Mbps. La latencia, por otro lado, supera los 600 ms. En fibra, las velocidades llegan hasta 1 Gbps (1.024 Mbps o 1.024 megas) tanto de bajada como de subida. La latencia, por otro lado, es tan baja como 5 ms.
Las velocidades del satélite de Hispasat, aunque son mejores que las de ADSL, no son suficientes para, por ejemplo, mantener una videoconferencia mientras se juega en plataformas cloud.
Es posible accedeer a contenidos de streaming y convergentes, pero dentro de márgenes muy ajustados. Además, hay un límite de consumo de datos mensual de 150 GB. Superado ese límite, se perderá la prioridad en la conexión con Internet, lo que podría hacer que la velocidad descendiera significativamente.
Hay un horario en el que el tráfico de datos no se contabilizará de cara a ese límite. Es de la 1 de la mañana a las 6 de la mañana. Con todo, es un horario un tanto "hostil" de cara a aprovecharlo para tareas que no sean la descarga de contenidos o la actualización programada de nuestros dispositivos.
Si se instala un juego AAA (triple A) de los más recientes en nuestro equipo, por ejemplo, agotaremos solo en ese juego entre 80 GB y 100 GB de ese cupo de datos. Por no hablar de las actualizaciones del sistema, tanto de nuestro odenador como de nuestros dispositivos móviles, o el consumo de datos asociado a los contenidos en streaming.
Agotado ese cupo, habrá que contratar más datos a máxima velocidad. El coste mensual del satélite con Hispasat es de 35 euros. La disponibilidad está sujeta a que nuestro domicilio esté dentro de la cobertura del plan UNICO Demanda Rural. Si queremos tener telefonía móvil, habrá que contratarla adicionalmente con otros operadores, si el proveedor del servicio no contempla esa opción. La telefonía fija o VoIP, tendrá un coste añadido sobre la conexión de Internet.
El satélite con Starlink es más interesante. El coste del equipo es, de momento, de 225 €, con un coste mensual de 40 € para la modalidad estándar, con un tráfico ilimitado, con una velocidad de más de 200 Mbps y latencia muy comedida, con una velocidad de subida de hasta 35 Mbps.
Si se tiene que priorizar la velocidad de acceso a Internet frente al coste, Starlink está recibiendo biuenas valoraciones. Con todo, el satélite sigue siendo una tecnología inferior a la fibra.
Conectividad móvil fija o AFR
La conectividad mediante datos móviles es otra opción. AFR o Acceso Fijo Radio es el nombre con el que se denomina a esta modalidad de conexión alternativa a la fibra óptica. En este caso, se hace uso de un modem router en el que la conectividad proviene de una SIM 4G o 5G conectada a la red móvil de la operadora con la que se contrate el servicio.
La velocidad de acceso a Internet será variable dependiendo de factores como la distancia a la antena de telefonía o el número de usuarios conectados a la misma antena en un momento dado, o de dónde esté instalado el módem en nuestro hogar.
Aquí nos encontramos con una tecnología que tampoco puede competir con la fibra, ni por velocidad ni por funcionalidades. El acceso a servicios convergentes como la televisión es posible, pero la velocidad de subida está también limitada por la tecnología, siendo menor, en general, que la de bajada.
También está por ver cómo se comportará el servicio AFR en condiciones de uso generalizadas. Las zonas rurales no cuentan con una infraestructura de telecomunicaciones tan generosa en número de antenas de telefonía como en las zonas urbanas, lo cual penaliza a los usuarios cuando un número elevado de ellos hace uso de la misma antena para acceder a Internet.
Los precios, por otro lado, dependerán de cada oferta concreta, pero no son competitivos frente a la fibra óptica, muchos órdenes de magnitud mejor en prestaciones, con precios comparables o incluso inferiores dependiendo de los planes contratados.
Si no llega la fibra, estás en inferioridad de condiciones
Sea satélite o datos móviles, la tecnología de las alternativas a la fibra son peores que la fibra con claridad. Sería bueno pedir explicaciones a las operadoras sobre los motivos que hacen que no llegue la fibra a todas las unidades residenciales que ahora cuentan con cable de cobre, o incluso a la CNMC, acerca de los citerios seguidos para decidir que una zona rural no es accesible mediante fibra.
Los precios de las alternativas a la fibra, por otro lado, son comparativamente peores, mega por mega, que los precios de la fibra óptica. Antes de aceptar de buen grado una de las alternativas a la fibra óptica que se ofrecen a los usuarios cuando ADSL deje de prestar servicio, lee bien las condiciones de contratación y salvo que se esté en un refugio de montaña en una zona remota, estaría bien preguntar por qué no llega la fibra allí donde llegaba el cable de cobre.
Aspectos como los límites en el consumo de datos, o la viabilidad de disponer de servicios convergentes como los de televisión, son importantes de cara a evaluar la conveniencia de una tecnología u otra. Si el hogar hace uso frecuente de acceso a contenidos, teletrabajo o tele educación, velocidades de subida como 10 Mbps o 20 Mbps como es el casi del satélite, serán insuficientes para una actividad habitual.
Así que, ante el inminente apagón del cobre, será importante tener en cuenta las opciones disponibles y abogar por la fibra siempre que sea posible. Cualquier otra opción será inferior en tecnología y en coste por unidad de servicio.
Movistar también ofrecerá Internet por satélite gracias a Starlink
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